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El mercado inmobiliario se prende el 2018

13-01-2018

Las estimaciones económicas para este año apuntarían hacia un importante crecimiento del sector, impulsado por el cambio de gobierno y un significativo aumento del PIB, lo que indica nuevamente que Chile ostenta uno de los mercados inmobiliarios más estables de Latinoamérica.

Según indican los estudios de la empresa Montalva Quindos Servicios Inmobiliarios, las expectativas de mercado para el 2018 hablan de un repunte general de los sectores productivos y de inversión, incidiendo paulatinamente en la reactivación del sector inmobiliario en cuanto a compra, venta y desarrollo de proyectos.

En este sentido, el nuevo gobierno y la reactivación financiera internacional han sido el puntal de dicha estimación, hecho que se ha visto avalado recientemente por la primera Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central de 2018, que habla de una proyección de crecimiento de hasta un 3,2% este año y de 3,5% para 2019, esto sin considerar el sector de la minería, que es impulsada por el alza del precio del cobre.

Lo anterior ya se ha evidenciado con la expansión de las actividades y el movimiento de las acciones de la banca, construcción, retail y materias primas, dando muestras claras de este repunte –reflejado también en el último Imacec de noviembre- y basados, a su vez, en el aumento del valor del dólar y del cobre.

Además, las tasas de interés de los bancos y la inflación van a la baja y, en este sentido, la disposición de la banca para financiar nuevos proyectos inmobiliarios ha sido clave para los desarrolladores, quienes desean invertir en un mercado que otorgue mayor confianza.

“El escenario actual habla de expectativas basadas en la confianza. El programa económico del gobierno entrante se sustenta en estimaciones de crecimiento que comenzaron a evidenciarse luego de las elecciones presidenciales, lo que ha permitido que inversionistas y desarrolladores miren con buenos ojos a la economía chilena y, por tanto, apuesten por el sector inmobiliario, volviendo a impulsar proyectos que se habían suspendido por la inseguridad del mercado nacional”, sostiene Luis Ignacio Montalva, gerente general de Montalva Quindos.

Según la Cámara Chilena de la Construcción, las estimaciones de crecimiento de la inversión en vivienda privada son de un 2,8% para 2018, mientras que la oferta se concentra en viviendas de hasta 3 mil UF, a causa de su rentabilidad. En este escenario se ha levantado fuertemente el mercado de ventas y de arriendos en comunas emergentes, como es el caso de La Cisterna, Estación Central y San Miguel, donde tanto Pymes, como nuevos profesionales e inmigrantes han puesto su interés.

Este nuevo nicho de clientes es muy atractivo para los inversionistas, quienes ven en ellos a sus potenciales compradores, más ahora que la puesta en marcha de las líneas 3 y 6 del metro aumentó en más de 20% los valores de inmuebles pertenecientes a zonas de influencia.

“La habilitación de las nuevas líneas del Metro, la escasez de terrenos y sus altos precios, han sido causas fundamentales para que inversionistas busquen nuevos lugares para el desarrollo de proyectos, y qué mejor que comunas cercanas al centro de Santiago, donde este tipo de futuros propietarios busca establecerse”, asegura Carla Tapia, gerente del área de Estudios Inmobiliarios de Montalva Quindos.

Son buenas noticias, pero…

A pesar de esta contingencia, no se debe perder de vista un aspecto que estaría perjudicando el desarrollo de nuevos proyectos en el país: la incertidumbre jurídica y normativa. Esto dice relación con la disminución de los permisos de edificación a causa de las mayores restricciones para construir o los cambios en los planos reguladores, aminorando la cantidad de suelo disponible para el desarrollo inmobiliario, lo que, a su vez, repercute en el aumento de los precios.
“Las positivas proyecciones económicas para el país y, por ende, para el sector inmobiliario, de nada sirven si no se ordena el crecimiento. No se trata de restringir, sino de regular, identificando las actuales y futuras necesidades de la población en términos de vivienda-equipamiento y haciendo partícipes a los actores inmobiliarios”, sostiene la ejecutiva.
En este sentido, se puede afirmar que las políticas adecuadas sobre usos de suelo, densidad, espacio público, infraestructura y transporte, permitirán disminuir las preocupaciones de la población y aumentar la calidad de vida de los habitantes.