Las positivas proyecciones económicas para este 2018 han devuelto la confianza a los inversionistas que quieren hacer crecer su patrimonio y, para que ese objetivo corra pocos riesgos, se requiere de una eficiente asesoría en gestión de activos o asset management.
Desde hace algunos años, los inversionistas en renta inmobiliaria han aumentado considerablemente. Cada vez es más común encontrar edificios habitacionales en arriendo por unidades que pertenecen a un solo dueño, los que incluso, en algunos casos, son operados y administrados por ellos mismos. Esta inversión implica una serie de componentes, como arriendos, contratos, mantención de espacios comunes, proyección de rentabilidad, entre otros, los que, de ser administrados por inexpertos, podrían perder rentabilidad, perjudicando el negocio.
Para que esto no suceda, es necesaria la asesoría de un experto en rentas inmobiliarias, que tenga conocimientos y dominio integral del negocio, con el fin de potenciar la rentabilidad asociada. A esto se le denomina asset management que, en concreto, corresponde a la gestión integrada de un patrimonio o de activos, basada en el conocimiento, la planificación y la organización. Esta tiene como objetivo optimizar el rendimiento de dichos activos y minimizar su coste, así como mejorar el servicio ofrecido.
“El asset manager es un estratega de negocios con conocimientos de un mercado complejo. Él puede lograr que de un inmueble bien manejado se logren obtener rentabilidades normales, pero con bajo riesgo, por eso, no es lo mismo un administrador que un asset, ya que este último piensa en las estrategias comerciales, con información procesada del mercado actual y de las variaciones urbanas”, afirma Luis Ignacio Montalva, gerente general de Montalva Quindos.
¿Cómo generar valor en la gestión de inmuebles?
El asset management inmobiliario, entendido como la gestión proactiva de un inmueble, puede incrementar notablemente los beneficios de cualquier propietario. El profesional en asset buscará rentabilizar todos los espacios, disminuir los costos fijos o variables sin perjudicar a la comunidad, así como maximizar la renta a largo plazo y el valor residual del bien raíz.
Las funciones básicas del asset se basan en generar oportunidades en cuanto a la creación de valor, de inversión y desinversión. También involucra la coordinación de ventas y adquisiciones, servicios de asesoramiento jurídico, fiscal y financiero, y planes de negocio a largo plazo con responsabilidad global sobre la propiedad, ejerciendo la labor de la persona jurídica titular de esta.
De tal forma, se generará una relación positiva entre renta y plusvalía, y para apoyar correctamente la gestión del propietario, este profesional debe tener expertiz, entre otros temas, en los costos de un bien raíz, sus mantenciones y la relación que tiene con los espacios comunes.
El año de la inversión
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), anunció que la economía chilena podría crecer un 2,8% en 2018, mientras que la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central habla de un crecimiento de hasta un 3,2% y de 3,5% para 2019, hecho que ya se ha ido evidenciando en el mercado, devolviendo la confianza a los inversionistas.
“La confianza que otorga el crecimiento proyectado para este año ha producido que se destraben decisiones dejadas para el largo plazo, por eso, es necesario poner atención a la disposición de los bancos para financiar nuevos desarrollos, ya que es un antecedente que generaría una positiva reacción del sector inmobiliario”, estima Carla Tapia, gerente de Estudios de Montalva Quindos.
En este sentido, todo indica que los edificios de renta, que ya se han convertido en un atractivo nicho de inversión, tengan un desarrollo importante, incrementando el mercado. Esto, a su vez, se fundamenta en que Revista Forbes ubica a Chile entre los 6 países que más movilizan al sector inmobiliario en América Latina, con una inversión proyectada al año 2020 superior a la de la minería, marca un precedente auspicioso para el sector.
Además, las tasas de interés de los bancos y la inflación van a la baja, por lo que la disposición para financiar nuevos proyectos inmobiliarios ha sido clave para los desarrolladores. Asimismo, el solo anuncio del proyecto de construcción de las líneas 3 y 6 del Metro generó un aumento del 21% en el valor de los inmuebles que pertenecen a las zonas de influencia de las nuevas estaciones, y de un 20% en las áreas entre ellas.
Gracias a esta coyuntura, la plusvalía de los proyectos inmobiliarios, así como de los terrenos y propiedades debería subir al corto plazo, volviéndose un sector aún más atractivo para inversionistas y desarrolladores.
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